El Conjunto Jesuítico cuenta con características urbanas diferentes, ámbitos particulares muy significativos y una mística especial, que la diferencia de los demás conjuntos jesuíticos de Argentina, Paraguay y Brasil.
Sus antecedentes históricos distinguen a este pueblo como un espacio donde se desarrollaron prácticas espirituales importantes otorgándole en aquella época un lugar distintivo entre los pueblos del Paraná. Cuenta con una vía procesional que une la Capilla de la Virgen de Loreto, el Templo (donde se veneraban las reliquias del Padre Ruiz de Montoya) y la Capilla del Monte del Calvario, se trata de un recorrido que se extiende sobre una calle de aproximadamente 1.300 metros, que atraviesa toda la reducción.